Artículo original de El Economista

Las hipotecas 100% son uno de los productos financieros más deseados por quienes buscan financiar íntegramente el coste de una vivienda sin desembolso inicial. En teoría, los funcionarios presentan un perfil atractivo para los bancos gracias a su estabilidad laboral y salarios regulados, pero en la práctica no todos acceden a las mismas condiciones ni en el mismo momento tras obtener la plaza LinkedIn.
Tipos de funcionario y antigüedad
Los expertos destacan que la antigüedad y la categoría administrativa marcan diferencias sustanciales. Un funcionario de carrera, con varios años de servicios efectivos y complementos de destino consolidados, ofrecerá una solvencia mucho mayor que uno recién incorporado o con un contrato interino. Además, los bancos evalúan de forma distinta a quienes dependen de ayuntamientos o autonomías frente a funcionarios del Estado central, por la variabilidad en sus nóminas El Economista.
Riesgos de las hipotecas al 100%
Solicitar un préstamo que cubra la totalidad del valor del inmueble implica mayores riesgos tanto para el banco como para el cliente. Las entidades suelen endurecer requisitos —seguros de impago, rentas que no superen el 30% de los ingresos y clausulas de vigilancia de mercado— para mitigar la posibilidad de impago o de que la vivienda quede en situación de nuda propiedad si cae su valor El Economista.
Alternativa TPD: Cooperativas y financiación compartida
Frente a estas barreras, el proyecto TPD propone un modelo basado en cooperativas de vivienda que agrupan a futuros propietarios para negociar colectivamente suelo, reducir costes de construcción y atraer inversores mediante esquemas de financiación compartida. Las gestoras especializadas en este tipo de grupos implementan estatutos claros y agilizan trámites, permitiendo a los socios acceder a su primera vivienda a precio de coste, sin depender exclusivamente de la banca tradicional.
En este marco, los funcionarios —incluso aquellos con menor antigüedad— pueden integrarse en una cooperativa, aportando sus ingresos estables como aval y beneficiándose de un respaldo colectivo que diluye el riesgo individual. Así, se abren nuevas vías de acceso a la vivienda para perfiles que, pese a contar con plaza pública, enfrentan condiciones estrictas al acudir al mercado hipotecario convencional.