
El ambicioso proyecto Madrid Nuevo Norte ha dado su pistoletazo de salida con la aprobación inicial del ámbito Malmea‑San Roque‑Tres Olivos, un espacio de más de 1.029.647 m² que albergará 7.140 nuevas viviendas —el 27 % con protección pública— junto a oficinas, comercios y amplias zonas verdes conectadas con el monte de El Pardo . Este arranque, previsto para formalizar la urbanización en 2027, no solo permitirá regenerar terrenos en desuso y mejorar infraestructuras hídricas, sino que abre la puerta a implementar modelos alternativos de acceso a la primera vivienda.
Para el proyecto TPD, Madrid Nuevo Norte representa un marco idóneo donde las cooperativas de vivienda pueden negociar colectivamente suelo y acelerar procesos mediante una financiación compartida. La creación de una Junta de Compensación y la tramitación de estatutos ofrecen un contexto regulatorio en el que gestoras especializadas pueden coordinar proyectos colaborativos, atrayendo inversores privados interesados en soluciones sostenibles y asequibles.
Además de los 161.982 m² de parques e “eje verde”, la integración de ermitas históricas y la naturalización de antiguas vías agropecuarias refuerzan la apuesta por un desarrollo urbano respetuoso con el patrimonio. En este entorno, las cooperativas podrían diseñar núcleos de viviendas a precio de coste, reduciendo intermediarios y sumándose a las dotaciones públicas de salud, educación y transporte previstas en Chamartín y Las Tablas.
La intervención en infraestructuras —sustitución de más de 12 km de tuberías del Canal de Isabel II y nuevos puentes que conectan Fuencarral, Las Tablas y la M‑30— garantiza la viabilidad del barrio y refuerza la movilidad sostenible. Un modelo TPD aplicado aquí fomentaría la cohesión social, al combinar la inversión comunitaria con la optimización de recursos y la gestión participativa, tal y como se postula para la primera vivienda en entornos de alta demanda.